¿ORIGEN NATURAL O ARTIFICIAL?
“El Coronavirus 19 es de origen natural”, afirman algunas autoridades. ¡Mentiras! ¡Nada más que mentiras! No hay datos sobre el origen del brote, incluso, el Paciente 0 pudo haber provenido de los Estados Unidos y no del mercado de Wuhan en China. Por ello, tampoco se puede descartar un origen artificial en la Ingeniería Genética.
Desde hace décadas los “programas secretos de laboratorio” no sólo han desarrollado híbridos bestiales, sino todo tipo de creaciones genéticamente modificadas como virus y bacterias. Los controladores de la ciencia han manipulado ampliamente el código genético del planeta, ignorando los peligros evidentes representados por la experimentación de especies cruzadas, clones transgénicos, mutaciones y la ansiada “síntesis genética”. La violación de la biodiversidad balanceada o manipulación del ADN ya tiene el potencial de causar enfermedades como la neumonía, tos y fiebre. Si este conocimiento cae en manos inescrupulosas, es capaz de provocar agentes biológicos resistentes a los antibióticos, infecciones intratables y, de paso, potenciales pandemias mundiales.
La investigación biotecnológica ha generado inmensos avances para las industrias agrícola, farmacéutica, médica y armanentista del siglo XXI. Los clones transgénicos, por ejemplo, que son luego cultivados en huevos, están volviéndose rápidamente en el proyecto preferido de las corporaciones médicas que prometen reemplazar el 95% de los órganos humanos enfermos para el fin de siglo. La liberación de este tipo de “soluciones” para enfrentar los desafíos de la vida prometen retornos lucrativos debido a royalties sobre sus “expresiones genéticas patentadas”.
Hay una urgente necesidad de establecer un marco regulador eficaz que prevenga la fuga y la liberación de estas peligrosas construcciones genéticas al ambiente y se tendría considerar si algunos experimentos peligrosos debieran permitirse. Saber el origen del Coronavirus 19 es relevante para trazar un futuro de salud o enfermedad para toda la humanidad.
