Ningún gobierno bajo la esfera del Nuevo Orden Mundial se tomará la molestia de tranquilizar a nadie. La política comunicacional ante la pandemia del Coronavirus 19 sólo ordena transmitir miedo, pánico, represión y pronósticos de rebrotes aún peores. Ningún organismo de salud oficial reconocerá la existencia de tratamientos simples y efectivos contra el COVID-19, por el contrario, dichos informes están siendo suprimidos como es el caso del Dr. Didier Roult en Francia. Tampoco se mencionará el alto índice de recuperación de los enfermos (345.833 equivalente al 22%) ni que el 80% de los contagiados presentaron una enfermedad leve. Al día de hoy se registran en el mundo 1.117.222 contagiados y 91.828 muertes (5.87%) atribuidas al virus. Sin embargo, ningún gobierno informará sobre las enfermedades preexistentes de los fallecidos, una omisión de datos clave para despejar el nefasto trasfondo de la pandemia. La desinformación de las masas es la norma.
La verdadera imagen de lo que está sucediendo es que el riesgo de morir por influenza, gripe estacional, rotavirus, tos, neumonía, cólera, hepatitis, malaria, tuberculosis, sarampión, meningitis, rabia, SIDA o hambre es más alto que por COVID-19. La verdad es que el coronavirus también sirve de pretexto para desencadenar en el mundo entero una espiral de desempleo creciente, bancarrota, pobreza extrema y desesperación. El pequeño y mediano capital está programado para ser eliminado. Mientras tanto, los intereses financieros corporativos y políticos corruptos prevalecen y se hacen más fuertes con una concentración masiva de riqueza en curso, principalmente, a costa de las economías nacionales de América del Sur y África en grave peligro, sometidas a una ley marcial, paralización obligatoria y bloqueo planetario. La supresión de las libertades civiles y el desprecio por el derecho a la vida parecen las señales de la instauración de un “imperialismo criminal”, a decir de Jean Paul Sartre.
“El problema es si hemos llegado ya al momento en que el imperialismo pasa de una política en contra de la mayoría y a favor de una minoría, a estar en un nivel político criminal denunciado por las leyes ya existentes”.
Jean Paul Sartre (1905-1980).
El Nuevo Orden Mundial se desmoronaba antes de la pandemia porque la gente consciente no quiere ser gobernada por la fuerza ni por líderes tramposos e incompetentes en los que no se puede confiar. La arrogancia de los gobiernos de derechas e izquierdas bajo la influencia de los Estados Unidos tuvieron la oportunidad de mostrarle al mundo que podían hacer lo correcto como administradores de la salud y la seguridad planetarias, pero lo arruinaron todo.
Extracto de la entrevista del periodista Claude Lanzmann a Jean Paul Sartre para una radio canadiense en 1967.
En Chile no existe ninguna prueba de laboratorio precisa que identifique el COVID-19 como causa de una infección positiva y el índice de confianza del diagnóstico PCR es del 70%. La libertad es el compromiso con la verdad.