La raza extraterrestre de los grises forma parte de las huestes de la rebelión de Lucifer, ocurrida en el principio de la creación del Cosmos. Le pidieron al Demiurgo con ansias desmedidas la inmortalidad en este plano de la existencia material y así, con el paso de los eones, dejaron de amar, sentir emociones y, lo pero de todo, conectarse con la fuente espiritual de todo cuanto existe. La tragedia cósmica que pesa sobre ellos es que ya no pueden salir de las dimensiones materiales y estarían planeando conducir a la humanidad por el camino de su misma perdición.