Las enigmáticas momias de Nazca descubiertas en Perú el 2017 vuelven a causar polémica mundial tras su presentación en la primera audiencia pública sobre fenómenos OVNI realizada en el Congreso de México el 12 de septiembre de 2023 / Nuevo Año 11.  Los antecedentes expuestos sobre los cuerpos de dos especímenes merecen ser desclasificados mundialmente, aunque muchos califiquen el hallazgo como un fraude.

El 2017, cuando se descubrieron las momias en una excavación informal muy cerca de las maravillosas Líneas de Nazca, en principio, no me parecieron reales debido principalmente a su color, tamaño y aspecto.  Parecían confeccionadas por un tipo de artesanía de baja manofactura.  Nunca tuve acceso directo a ellas, pero igualmente abrí un archivo y dejé los antecedes ahí para darle seguimiento si el hallazgo lo ameritaba, ya que la tesis planteada inicialmente era grande, el descubrimiento del siglo 21.  6 años después mi apreciación inicial se ha modificado.

La presentación que se realizó en el Congreso de México, donde se exhibieron dos especímenes y los resultados de varios estudios científicos, me pareció seria, contundente y las conclusiones posibles y probables, incluso, algunas, metodológicamente irrefutables.  Además, muchas de las investigaciones se han publicado y cualquiera puede tener acceso a esas fuentes para el análisis personal.

Ahora bien, si esos aportes son falsos o contienen errores, lo correcto es demostrarlo con pruebas y no con descalificaciones personales.  Sin embargo, tan pronto se publica el descubrimiento del siglo, irrumpe una manada de supuestos expertos salidos de un corral de burros a descalificar la información y a burlarse de sus exponentes, arbitraria y también injustamente, sin tomarse un solo momento para leer los estudios o ver la presentación que se realizó.  Esa reacción corresponde a una técnica mental que busca desviar la atención del mensaje atacando al mensajero.  De este modo, esos críticos de pacotilla se han convertido en un problema para la sociedad, la causa de tener gobiernos de idiotas y alguien se los tiene que decir.  Ellos son los salvajes, los payasos, los verdaderos charlatanes, los pseudocientíficos que llaman a inyectarse masivanente, falsos escépticos incapaces de debatir, brutos peligrosos que buscan destruir todo lo bueno por envidia, almas negras, mentirosos por conveniencia y llega el momento de mandarlos al Diablo.