Chile ha logrado una gran triunfo en la historia del constitucionalismo internacional al rechazar dos propuestas en tres años, antipatrióticas, globalistas y al servicio del dios dinero del Nuevo Orden Mundial, una elaborada por la izquierda radical y la otra por la derecha ultra. Los líderes intelectuales y políticos de estos dos sectores sufren el colapso de la inteligencia por la práctica sistemática del los vicios de un modelo hípermaterialista de capitalismo. Se gana una batalla, pero no la guerra.