Rusia y Ucrania, dos países con un origen común, pueblos hermanos entre sí, se estan destruyendo impulsados por las políticas armamentistas de los EEUU y la OTAN, bajo el lema maquiavélico de “dividir para gobernar”. La devastación, el sufrimiento y el duelo es tan grande que probablemente tarden mucho tiempo para lograr nuevamente la paz.