Chile e Iberoamérica corren el riesgo de perpetuarse en el subdesarrollo material y cultural. El Gran Reseteo del Nuevo Orden Mundial ha planificado para nuestros países un aumento de la censantía y la delincuencia, destrucción del tejido social, mayor corrupción y desigualdad. Un escenario de fragmentación lleno de desafíos en donde los gobiernos de derechas e izquierdas son responsables históricamente.