AMÉRICA NECESITA GOBIERNOS DE COALICIÓN

Llegado este momento de crisis de las democracias resulta necesario concebir el surgimiento de gobiernos de coalición en América, capaces de integrar a todas las visiones partidistas por el bienestar e interés general del conjunto de los pueblos.  Para ello se requiere la aparición de una nueva clase política, transformacional y carismática, capaz de unir a las derechas e izquierdas en pugna, dos visiones distintas y complementarias que parecen irreconciliables, pero que no lo son.  El Destino de las democracias depende de ello, pues hoy se corre el peligro de la irrupción de dictaduras en el continente.

Los lamentables acontecimientos que han ocurrido en Brasil en el marco de la última elección presidencial es la clara señal de los riesgos a que hago referencia.  Cientos de miles de personas partidarias de Jair Bolsonaro se han reunido frente a los cuateles para pedir una intervención militar, ya que denuncian un supuesto fraude electoral cometido por la gente de Lula da Silva.  La crispación social, el descontento y la franca resignación ante décadas de corrupción, sumado a muertos y atropellos, debiese llevar a pensar a todos en la necesidad de gobiernos de coalición.

Los ideólogos del maquiavelismo dirán que las naciones únicamente evolucionan a través de la conflagración, que la división es el camino tradicional en la política real y que la alternancia en el poder es lo recomendable para la Región.  Sin embargo, esta posición es falsa y la historia de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial es un ejemplo, un país que ha logrado inmensos avances sociales gracias a gobiernos de coalición que incluso han cambiado la percepción de la ciudadanía ante sus líderes.

El dualismo político al que América se ha acostumbrado alimenta las emociones negativas, el miedo, la culpabilidad, la agresividad, las guerras y sirve para el control de la gente.  Los más extremistas aseguran que sólo se puede transformar la historia mediante el uso de la fuerza de las armas, ya que es la sangre la que expresa en última instancia el valor de los pueblos y nada más.  Así se ha ido instalando una visión del infierno en la Tierra que da rienda suelta al enfrentamiento, la confusión y la desesperación para que se acepte, por resignación, una posible dictadura de derecha o izquierda.

América necesita gobiernos de coalición.  El verdadero cambio, en la práctica, se provocará mediante estos modelos.  De lo contrario, todo empeorará, la gente se desmoralizará y confundirá aún más.  Por ello, es conveniente que el juego de los dos extremos contra el centro o medio se detenga.  Reviste algo primordial para la convivencia de los países.

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